Nuestro pequeño homenaje a la primera cosmonauta de la historia, y la más adorable.
Cuadrar tres tintas no es tan complicado como poner en órbita una nave, pero casi. La diferencia es que con la serigrafía si te desvías unos milímetros queda una pieza única y si te desvías unos milímetros lanzando un cohete se va al garete.